Del nuevo coche-motor de fabricación rusa se ha tomado lo mejor para replicarlo, en la medida de lo posible, en los ómnibus Diana que se transforman en ferrobuses. Foto: Juan Pablo Carreras Vidal
Cueto, Holguín.-Conversadora amena, Mirna Terrero Terrero reveló que verifica, centímetro a centímetro, el avance del tramo de línea férrea de 1,2 kilómetros que se construye para que Sojo 3, en el consejo popular de Guamuta, disponga nuevamente del servicio de transportación de pasajeros por ferrobús.
Cuando esto ocurra, dijo, finalizarán las angustias para llegar a Cueto, capital del municipio, distante unos 12 kilómetros. Ella y sus vecinos no tendrán que trasladarse a pie, de trecho a trecho, con la esperanza de ser ayudados por un medio de transporte en paso ocasional ni tendrán que pagar 250 pesos por el uso de un carricoche tirado por caballos si hacen el recorrido directo.
La obra, comentó Hernán García, director de Transporte del municipio, tendrá gran impacto en los residentes del asentamiento rural, que hoy solo tiene comunicación con el poblado de Marcané a través de un ómnibus serrano que dos veces a la semana sale del asentamiento de Guamuta, casi siempre con todas las capacidades ocupadas.
El ramal en construcción repone uno fuera de servicio durante varios años, después de que el puente sobre el que pasaba fuera afectado severamente por una crecida del río Nipe. Responde a un trazado nuevo y comienza en un punto llamado Santa Elena, donde contacta con la línea que lo une a Marcané y a la cabecera municipal, explicó Omar Donne Calderón, jefe de la Brigada de Vías y Puentes responsable de llevar los rieles hasta un sitio cercano a Sojo 3, donde se unirán con un segmento de vía que recupera parte de un pelotón de construcción, reparación y mantenimiento de vías férreas, del Ejército Juvenil del Trabajo.
Para que el tramo sea funcional y cumpla con los requisitos exigidos por las autoridades de Seguridad Ferroviaria, en un espacio ya determinado del poblado de Sojo 3 comenzará en breve la construcción del «viradero», para el que la ueb Fábrica de Implementos Agrícolas 26 de Julio construye un sistema sobre el que girará el ferrobús.
INVERSIÓN EN MEDIO DE LA PANDEMIA
Lázaro Yanes Lemes, representante de la Empresa de Ferrocarriles Oriente en la provincia de Holguín, aseveró que no constituye sorpresa que, en medio de la pandemia, en la construcción del tramo de línea férrea se inviertan 1 440 000 pesos. «Es política del país, del Ministerio de Transporte y de la Unión de Ferrocarriles el restablecimiento de las vías de comunicación y la transportación de pasajeros en las zonas rurales, sobre todo en las de difícil acceso».
Al ahondar en los detalles del aseguramiento logístico de la obra, precisó que esta requiere de 4 000 metros cúbicos de la piedra especial que se riega a modo de lecho de la línea. El material proviene de Guáimaro, Camagüey, y se transporta en un tren con equipamiento especial, el cual consume en cada viaje unos 1 300 litros de diésel.
Paralelamente, en este municipio, también con el fin de beneficiar la transportación de pasajeros, transcurre el mantenimiento de las líneas férreas que enlazan varios asentamientos denominados Los Ramones (cada uno con su correspondiente nombre).
La mirada también está puesta en el enlace de todos esos sitios con el poblado de Birán, aspiración que se discutirá con la Unión de Ferrocarriles, para incluirla en los planes del próximo año, siempre que se cuente con los recursos necesarios, aclaró Lázaro Yanes.
DE ÓMNIBUS DIANA A FERROBUSES
El proyecto nacional de reposición de ferrobuses no se ha detenido, recordó el funcionario. «Es cierto que la adquisición de equipos nuevos, de procedencia rusa, no progresó por la situación económica de nuestro país. Solo llegó uno, experimental, y está en servicio con buenos resultados en el municipio de Cueto. La decisión del Ministerio de Transporte ha sido transformar en ferrobuses un grupo de ómnibus del modelo Diana, que ya llevaba tiempo en explotación».
Holguín este año tiene un plan de cinco, de los cuales tres se preparan en los Talleres Ferroviarios de San Luis, Santiago de Cuba; uno, en el establecimiento de la Empresa Integral de Servicios Automotores (eisa) de Guatemala, Mayarí, y uno en Cueto, en talleres de Marcané.
La modificación se ajusta a los requerimientos técnicos para evitar accidentes. Les adaptan ruedas de ferrocarril con los correspondientes sistemas de frenos, así como las defensas delanteras y traseras, propias de un medio ferroviario. Está previsto añadir una puerta más por el costado, que no la posee, para que los pasajeros puedan subir o bajar por ambos lados. Asimismo, se ha pensado en la posibilidad de incorporar un remolque para cargas en general.
El propósito, aseguró Yanes Lemes, es rebasar el plan de este año y llegar a ocho unidades. Van a sustituir a una parte de los llamados «caratas» que están en uso en zonas rurales de toda la provincia. Además de dar mayor confort a la transportación de pasajeros por ferrobús, se quiere extender este servicio a sitios que hoy no lo poseen.
Mirna Terrero Terrero, a la orilla de la línea férrea a la que no le quita los ojos, ya había dicho: «Miren esto, el país no tiene grandes cantidades de dinero y de recursos, pero hace un esfuerzo tremendo por mejorarnos». Era su respuesta a un vecino que en tono irrespetuoso reclamaba atenciones especiales. Sostenía en sus manos una botella con café recién colado e instó a quienes estaban a su lado a ser atentos con los trabajadores y soldados encargados de permitir el acceso al ferrobús: «¡Si no tienen café, brinden mangos, que las matas están cargadas!», arengó.
