En fecha reciente se supo que estaban creadas las condiciones para iniciar un proceso gradual de recuperación de la actividad económica, con una diversificación del tejido productivo y mayor participación de los emprendimientos estatales y privados. Aunque, advirtió Alejandro Gil Fernández, “no se pueden crear falsas expectativas”, porque la contracción del producto interno bruto “no se recupera en corto plazo”.
Al actual escenario, curtido por empresas estatales, cooperativas y trabajadores por cuenta propia, ahora le nacen nuevos actores tras el estreno de las mipymes. Mayor autonomía y un ambiente monetario similar para todos son algunas de las facilidades abiertas. Pero el reto sigue estando en producir más para satisfacer las demandas no cubiertas hasta ahora, ser menos dependientes de las compras fuera de fronteras y que exista competencia y precios más asequibles.