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La Dirección Provincial de Cultura tiene la misión de dirigir, orientar, controlar y ejecutar la aplicación de la política cultural del Estado y el Gobierno en materia cultural, de conservación y enriquecimiento del patrimonio histórico en la demarcación.

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Un 5 enero, hace hoy 60 años, bandas contrarrevolucionarias apoyadas por Estados Unidos asesinaron en la Sierra del Escambray al maestro voluntario Conrado Benítez García, con la intención de amedrentar a los jóvenes cubanos de incorporarse a la Campaña Nacional de Alfabetización que comenzaba.
Al momento de ser asesinado Conrado Benítez contaba con 18 años y se iniciaba como maestro voluntario en una escuela de las montañas de Sancti Spíritus, donde daba clases a 44 niños por el día y por la noche a otros tantos adultos para erradicar el analfabetismo.
De procedencia humilde, nació el 19 de febrero de 1942 en la provincia de Matanzas y desde muy pequeño quiso ir a la escuela, pero se vio obligado a trabajar desde segundo grado como limpiabotas y panadero para ayudar a su familia.
Con el triunfo de la Revolución Cubana Conrado respondió al llamado del entonces primer ministro, Fidel Castro, para formar un contingente de maestros voluntarios en la Escuela de Capacitación Pedagógica de Minas de Frío. Durante el entrenamiento, el futuro maestro conoció su amor, Nancy Inerarity, y los últimos días de 1960 los pasó con su familia y su novia. Él anhelaba casarse, luchar por la Revolución y seguir superándose.
Ya graduado fue uno de los primeros en ser ubicado, y le correspondió junto a Magalys Olmos López una intrincada zona de Trinidad, en la región montañosa central del país, conflictiva y de influencia contrarrevolucionaria, donde operaban, entre otras, las bandas de Emilio Carretero y Osvaldo Ramírez.
Ubicado en Sierra Reunión, donde fue el primer maestro de ésa área, allí construyó su escuela en un aserrío y ayudó a su compañera Magalis a levantar la suya. Para solucionar el problema de los asientos, clavó unas estacas y le puso tablas encima, porque lo más importante para él, era que todos los campesinos y los niños aprendieran.
A solo seis días de dar la Campaña de Alfabetización sus primeros pasos, el 5 de enero de 1961, en la localidad Tinajitas de las montañas de Pitajones, en el macizo montañoso Escambray, Conrado Benítez fue asesinado junto a cinco campesinos que pretendían aprender a leer y escribir, por la banda contrarrevolucionaria encabezada por Osvaldo Ramírez, quien por esta causa sería capturado, juzgado y ejecutado el 16 de abril de 1962.
Ese crimen provocó indignación y levantó la voluntad inquebrantable de lucha en los jóvenes que se formaban en las carreras pedagógicas. En el lugar del hecho se levantó un obelisco en honor a las víctimas asesinadas, y la brigada de alfabetizadores adoptaría su nombre. “Somos las brigadas Conrado Benítez”, proclamarían en su himno los brigadistas
El 28 de enero de 1961 el máximo líder de la Revolución, Fidel Castro, convocó a la participación masiva de los estudiantes y pueblo en general en la Campaña Nacional de Alfabetización y manifestó refiriéndose a Conrado: "¡Ese maestro después de muerto, seguirá siendo maestro! ¡El pueblo nunca lo olvidará!".
Y así fue, más de cien mil jóvenes estudiantes cantando su himno y con el nombre de Conrado Benítez en sus hombros avanzaron “por llanos y montañas el brigadista va, cumpliendo con la Patria, luchando por la paz”, y llevaron con sus letras la luz de la verdad por todos los rincones del país hasta declarar a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo el 22 de diciembre de ese mismo año.
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