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Hoy 18 de abril, las especialistas del Museo Municipal Perín Troya de San Nicolás, iniciamos la jornada internacional del los Sitios ,Tarjas y Monumentos con una conservación preventiva a los monumentos: Estatua a las Madres ,Busto a José Martí sitos en el parque José Martí de la localidad. Participarón miembros de la Logia Masónica Razón y Progreso , incluyendo el Venerable Maestro.

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Plaza de armas (Parque José Martí)
En la Cuba colonial la fundación de una población estaba sujeta a una serie de condiciones y preceptos legales que estipulaban que el pueblo debía tener una parte central donde obligatoriamente se agrupaba su dirección, a este lugar por diferentes causas debía acudir la población. Así una zona amplia para mover tropas, donde además se expendieran alimentos se convertía en plaza de armas de las tropas coloniales en plaza pública.
El parque ocupa la manzana que delimitan las avenidas 21 y 23 y las calles 28 y 30, a uno de sus lados se levanta la Iglesia San Juan Bautista, al extremo opuesto se encuentra el Museo Municipal, al otro extremo la edificación que fuera el antiguo Ayuntamiento, hoy sede de la Asamblea municipal de Poder Popular, órgano de gobierno local.
El lugar que ocupa hoy el parque José Martí desde la fundación de Jaruco, fue lugar de obligada concurrencia primero como plaza de armas después como plaza pública y centro de todas las actividades, tanto civiles como militares.
A principios del siglo XIX en el periodo entre 1803-1813 se trató de modificar la plaza pública y se le dio el nombre de Plaza de la Constitución erigiéndose en ella un modesto obelisco con una loza de mármol que decía:
VIVA LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
Derogada la constitución fue destruida la pirámide. Durante la Guerra de Independencia la zona donde se ubica el parque fue el escenario de la Toma e Incendio de Jaruco llevada a cabo la noche del 18 de febrero de 1896 por las tropas del General Antonio Maceo y Grajales.
Las primeras noticias sobre la idea de construir un parque se remontan a la última década del siglo XIX en una controversia que se publica en el periódico independiente “El Tiempo” de Jaruco en su número 13 del año VI y que lleva por fecha 5 de junio de 1889, esta discusión surge con la necesidad de mejorar la fuente de abasto de agua Los Chorritos de Jaruco y por la idea de construir un parque con ese presupuesto que llevaría el nombre de Parque de Colón en honor a Cristóbal Colón.
El problema de “Aguas” y el del Parque de Colón no se resolvió hasta treinta años después, ambos fueron centro de mira de todos los políticos en las tres primeras décadas de la República neocolonial. El pueblo clamaba por tener un parque como punto de reunión y paseo. Las llamadas clases vivas de la ciudad venían haciendo esos reclamos a los distintos alcaldes argumentando que la población no tenía un lugar donde esparcirse, sobre todo los niños, y donde efectuar actividades culturales.
La Banda Municipal tenía que dar sus retretas frente al Ayuntamiento, donde se aglomeraba la gente, entre ellos los jóvenes que paseaban de arriba abajo por la Calle Calixto García, hoy Avenida 23.
En el año 1924 se comienza la construcción del parque por el ingeniero Carpentier (padre de Alejo Carpentier) y no fue hasta el año 1929 que se concluye esta obra en Jaruco.
Por existir una pendiente en la calle principal colindante con el parque, este fue levantado de forma tal que su pavimento quedó a un nivel superior al de esa calle. Se levantaron muros de contención en parte de su perímetro, los cuales culminaban en una de sus esquinas con una gran escalinata que estaba a pocos metros de la entrada de la iglesia. Con el parque, el centro histórico cobró vida, se reiniciaron las retretas los domingos al anochecer, en la glorieta, con la presencia de los más connotados músicos del pueblo, las cuales concluían con las notas del Himno Nacional.
Se reunían allí jaruqueños de diferentes edades, los niños corrían y jugaban, los jóvenes paseaban y enamoraban, los que ya peinaban canas buscaban los bancos para entablar sus charlas donde revivían las historias cotidianas de sus vidas y la de sus antepasados.
El parque fue escenario también de la celebración de la fecha por el patrono del pueblo, San Juan Bautista, el 24 de junio, cuyas fiestas culminaban con la llamada ‘’Verbena’’.
El parque se hallaba adornado con jardines, bancos de mármol, artísticos y hermosos faroles, glorieta para la música y 14 esbeltas palmas criollas, así como una escalinata muy atractiva para nuestros pobladores y visitantes con alrededor de 22 escalones de mármol blanco.
La glorieta central es una plataforma circular, conformada por piedras de cantería, en sus bordes se ubican 2 bancos en forma de semicírculo que la delimitan por ambos lados, y en los extremos opuestos 2 pequeñas escalinatas que la unen al paseo central; se eleva sobre el piso a la altura de 4 peldaños y antiguamente se encontraba rodeada de grandes faroles soportados por bases y columnas de hierro, detrás de los bancos circulares canteros para la siembra de plantas ornamentales.
Resulta curioso que las palmas criollas sembradas fueron extraídas de las zanjas que sirvieron de sepultura a nuestros mártires de la guerra de independencia y reconcentrados.
Plaza de armas (Parque José Martí)
En la Cuba colonial la fundación de una población estaba sujeta a una serie de condiciones y preceptos legales que estipulaban que el pueblo debía tener una parte central donde obligatoriamente se agrupaba su dirección, a este lugar por diferentes causas debía acudir la población. Así una zona amplia para mover tropas, donde además se expendieran alimentos se convertía en plaza de armas de las tropas coloniales en plaza pública.
El parque ocupa la manzana que delimitan las avenidas 21 y 23 y las calles 28 y 30, a uno de sus lados se levanta la Iglesia San Juan Bautista, al extremo opuesto se encuentra el Museo Municipal, al otro extremo la edificación que fuera el antiguo Ayuntamiento, hoy sede de la Asamblea municipal de Poder Popular, órgano de gobierno local.
El lugar que ocupa hoy el parque José Martí desde la fundación de Jaruco, fue lugar de obligada concurrencia primero como plaza de armas después como plaza pública y centro de todas las actividades, tanto civiles como militares.
A principios del siglo XIX en el periodo entre 1803-1813 se trató de modificar la plaza pública y se le dio el nombre de Plaza de la Constitución erigiéndose en ella un modesto obelisco con una loza de mármol que decía:
VIVA LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
Derogada la constitución fue destruida la pirámide. Durante la Guerra de Independencia la zona donde se ubica el parque fue el escenario de la Toma e Incendio de Jaruco llevada a cabo la noche del 18 de febrero de 1896 por las tropas del General Antonio Maceo y Grajales.
Las primeras noticias sobre la idea de construir un parque se remontan a la última década del siglo XIX en una controversia que se publica en el periódico independiente “El Tiempo” de Jaruco en su número 13 del año VI y que lleva por fecha 5 de junio de 1889, esta discusión surge con la necesidad de mejorar la fuente de abasto de agua Los Chorritos de Jaruco y por la idea de construir un parque con ese presupuesto que llevaría el nombre de Parque de Colón en honor a Cristóbal Colón.
El problema de “Aguas” y el del Parque de Colón no se resolvió hasta treinta años después, ambos fueron centro de mira de todos los políticos en las tres primeras décadas de la República neocolonial. El pueblo clamaba por tener un parque como punto de reunión y paseo. Las llamadas clases vivas de la ciudad venían haciendo esos reclamos a los distintos alcaldes argumentando que la población no tenía un lugar donde esparcirse, sobre todo los niños, y donde efectuar actividades culturales.
La Banda Municipal tenía que dar sus retretas frente al Ayuntamiento, donde se aglomeraba la gente, entre ellos los jóvenes que paseaban de arriba abajo por la Calle Calixto García, hoy Avenida 23.
En el año 1924 se comienza la construcción del parque por el ingeniero Carpentier (padre de Alejo Carpentier) y no fue hasta el año 1929 que se concluye esta obra en Jaruco.
Por existir una pendiente en la calle principal colindante con el parque, este fue levantado de forma tal que su pavimento quedó a un nivel superior al de esa calle. Se levantaron muros de contención en parte de su perímetro, los cuales culminaban en una de sus esquinas con una gran escalinata que estaba a pocos metros de la entrada de la iglesia. Con el parque, el centro histórico cobró vida, se reiniciaron las retretas los domingos al anochecer, en la glorieta, con la presencia de los más connotados músicos del pueblo, las cuales concluían con las notas del Himno Nacional.
Se reunían allí jaruqueños de diferentes edades, los niños corrían y jugaban, los jóvenes paseaban y enamoraban, los que ya peinaban canas buscaban los bancos para entablar sus charlas donde revivían las historias cotidianas de sus vidas y la de sus antepasados.
El parque fue escenario también de la celebración de la fecha por el patrono del pueblo, San Juan Bautista, el 24 de junio, cuyas fiestas culminaban con la llamada ‘’Verbena’’.
El parque se hallaba adornado con jardines, bancos de mármol, artísticos y hermosos faroles, glorieta para la música y 14 esbeltas palmas criollas, así como una escalinata muy atractiva para nuestros pobladores y visitantes con alrededor de 22 escalones de mármol blanco.
La glorieta central es una plataforma circular, conformada por piedras de cantería, en sus bordes se ubican 2 bancos en forma de semicírculo que la delimitan por ambos lados, y en los extremos opuestos 2 pequeñas escalinatas que la unen al paseo central; se eleva sobre el piso a la altura de 4 peldaños y antiguamente se encontraba rodeada de grandes faroles soportados por bases y columnas de hierro, detrás de los bancos circulares canteros para la siembra de plantas ornamentales.
Resulta curioso que las palmas criollas sembradas fueron extraídas de las zanjas que sirvieron de sepultura a nuestros mártires de la guerra de independencia y reconcentrados.
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