¡Hasta la victoria siempre!

Su imagen y su pensamiento recorren hoy muchas calles y parajes de nuestro Continente y de otras tierras del mundo que alzan sus puños y sus voces para conquistar o preservar sus derechos.

Por eso hoy su grito de guerra ¡Hasta la victoria siempre!, fructifica. Y en la nueva historia que nace, están presentes su memoria, su ejemplo y su fe inquebrantable en el triunfo que solo podrá alcanzarse con sacrificio, con lucha, frente al enemigo común e irreconciliable: el imperialismo norteamericano.