Llega el sexto mes del año y los cubanos pensamos en una fecha significativa: el 14 de junio. Ese día, quiso la historia, hacer coincidir el natalicio de dos grandes hombres. Por su talento y rebeldía Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna se igualan en el tiempo, se unen por su lucha a favor de la independencia del pueblo cubano.
Bravura y entereza los distinguen. Aunque llegaron al mundo en siglos diferentes, la fecha resulta propicia para que cada año la Mayor de las Antillas les rinda merecido tributo a estos dos héroes.
Ochenta y tres años separan sus nacimientos, pero muchos son los puntos en contacto entre estos dos hombres. Maceo, urgido por las circunstancias del exilio, recorre varias naciones de América Latina, mientras que el guerrillero cubano-argentino, llevado por su afán de conocimientos y aventuras, también transita por gran parte de la geografía latinoamericana.
Ambos, en su momento y como parte de las luchas por la independencia de Cuba, protagonizaron la invasión de Oriente a Occidente. El Titán de Bronce, junto al Generalísimo Máximo Gómez, evidenció sus cualidades excepcionales de estratega militar durante la epopeya de 1895, y sus gloriosas heridas en combate fueron sus más preciados trofeos de guerra.