Tángana en El Trillo

Imprimir
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 
Valoración:
( 0 Rating )

Diaz-Canel señaló «La emoción no cabía en mi pecho y tenía que venir acá. Algunos me aconsejaban que no viniera para que no se manipulara la espontaneidad de esta manifestación. Ustedes saben todo lo que nos han querido montar. Y que seguramente se repetirá, porque los planes contra la Revolución continúan».

Además, señaló «Creían que podían destruir la Revolución antes de terminar la administración Trump, pero se quedaron y siempre se quedarán con las ganas. Diálogo para mejorar y perfeccionar el socialismo siempre».

El Presidente también pidió cantar Pequeña serenata diurna, en homenaje a Silvio, cuyo cumpleaños es hoy.  Agregó que, en días como este, hay que pedirle perdón a los héroes y muertos de nuestra felicidad por el agravio del que hemos sido víctimas en los últimos tiempos.

Inmediatamente el compositor Raúl Torres entonó a capela la emblemática canción y la multitud secundó enardecida el canto a la felicidad.

Entre vítores a Fidel, al Socialismo y a la Revolución, Díaz-Canel se abrió paso entre un pueblo que no pudo despedirlo con más júbilo. El entusiasmo levitaba entre la gente y sellaba un compromiso tajante en pos de la unidad revolucionaria y la soberanía de Cuba.

Como parte de la Tángana, el ambientalista Alejandro Palmarola se dirigió a los allí reunidos para hacer una declaración de principios. Partió de que en la naturaleza no existe la unanimidad, pero sí la unión y la comunión.

En su intervención condenó:

 

Palmarola dejó claro que el Socialismo como sistema defiende la construcción colectiva de una sociedad justa y solidaria, y que nadie puede dejar de defender a la Revolución desde su trinchera. 

Varios artistas como el trovador Ray Fernández, Arnaldo Rodríguez y Adrián Berazaín ofrecieron su música más tarde.

El cierre estuvo a cargo de Raúl Escalona Abella, estudiante de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. El joven expresó el sentir de una generación que, bajo ningún concepto, permitirá la ruptura de la unidad nacional.

Cubanos de todas las edades oían el discurso y se identificaban con las posturas que planteaba. Era necesario hacer frente a todas las acciones orquestadas desde el imperio norteamericano.

(Tomado del periódico Granma)