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Charangas de Bejucal

Las Charangas de Bejucal, manantial de tradiciones, han barrido las calles de     este pueblo con ardientes músicos, bailables, espectáculos, con un sabor brusco a lo bejucaleño, con un toque pintoresco de los tambores viejos con ritmo inigual y la esencia de La Musicanga y Los Malayos que hoy se conocen como los bandos Ceiba de Plata y La Espina de Oro cada uno con sus personajes carismáticos que la juventud recuerda.

Por eso, bejucal ha hecho a sus charangas y las charangas han hecho a Bejucal. Al rayar el 1840 ya se había organizado los habitantes en dos bandos que pugnaban por estar mejor representados y ser más numerosos en las mencionadas misas siendo así que surgieron Los Malayos y La Musicanga. Los Malayos formados por españoles y criollos portadores de tradiciones festivas culturales europeas siendo hoy el color rojo La espina de Oro con su símbolo “El Gallo”.

El otro bando, La Musicanga arrastraba a los negros con una exposición de alegría cantos y bailes, que fue señalada como “música ratonera y de mala suerte”, su color es azul, su nombre actual La Ceiba de Plata, su símbolo “El Alacrán”. Cada uno tenía sus músicos con tambores y creaban sus estribillos zalameros, burlones, pícaros que se cantaban de un bando a otro.

La conga es parte esencial de las fiestas. Se ha llegado a decir “si no hay conga no hay charango”, con sus adornos, Banderas, disfraces, faroles, Personajes y fuegos artificiales para seguir la tradición. La conga de sabor, ritmo, alegría con sus voces, instrumentos, timbres, melodías, géneros y estilos siempre con una creatividad de cada bando con un diálogo que se entabla en el coro popular que arrolla tras de los músicos y el improvisador o la trompeta, prueba la raíz colectiva de la música charanguera.

José de la Concepción Macareño conocido como Solvé fue el último exponente genuino en el año 1988 como el pregonero que supo conquistarse al pueblo bejucaleño durante más de medio siglo. Otro personaje danzante de más arraigo en las charangas y que ha llegado a la actualidades la Kulona, figura que remonta al lejano congo con su vestimenta de fibras vegetales, collares cuencas, adornos diversos y su esencial tocando unos cuernos en la cabeza con mucho colorido en el rostro que expresaban aspecto primitivo salvaje. También las mojicangas, personaje vestido igualmente en fibras naturales o harapos y rostro descubierto, su danza es más animada que la del resto de las figuras en la actualidad tiene atributos que la distinguen de los demás con paraguas cubiertas de trapos y al cuello y a la cintura, collares y cintas.

En 1912 hace su aparición una de las más estables y populares figuras de los paseos charangueros, La Macorina con un disfraz muy espectacular que llevaba consigo una careta, una sombrilla, un pañuelo en la cabeza y otro en la mano saludando el público. Todos estos personajes alegran las fiestas arrollando las calles cantando y expresando melodías. Celebración del 2 de febrero. Hermosa tradición representan las católicas fiestas del 2 de febrero en homenaje a la Virgen de la Candelaria, patrona de los canarios inmigrantes y de todos los bejucaleños por extensión.

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